Weyes Blood: Una sonrisa durante el apocalipsis en ‘Titanic Rising’

A inicios del ya lejano 2019 y la vida como alguna vez la conocimos, fue lanzado el primer sencillo de lo que se convertiría en unos de los mejores álbumes no del año, sino de la década. En tiempos de angustia, conflictos y numerosos temas puestos sobre la mesa, Natalie Mering, mejor conocida por su nombre artístico, Weyes Blood… (pequeña pausa) Este apodo o psuedónimo lo comenzó a utilizar desde la adolescencia, cuando comenzó a escribir música. La pronunciación por más familiar que nos parezca «weyes», se pronucnia “wais”. El origen de este apodo es la novela, Wise Blood, de Flannery O’connor. Si me lo preguntan, encuentro mucha fascinación por los pseudónimos, me encanta usarlos, principalmente porque no me gusta figurar pero sí pertenecer, y en ellos encuentro una especie de alivio en la existencia; no es el caso de Natalie, ella decidió rebautizarse para los escenarios, “porque la sangre pasa de madre a hijo, lo envuelve todo, es lo único que permanece vivo de una generación a otra”.

[Volvemos]Total que, en medio del caos, Weyes Blood nos brindó una obra que dijo: quietxs, la melancolía, la angustia y todo el dolor también traen consigo una extraña belleza que sólo vamos a encontrar en estos recodos. Y lo hace con delicadeza, suavidad y sonidos envolventes acompañados de su voz mezzosoprano, de gran fuerza interpretativa. Lo curioso y cautivante de la música de Natalie es, quizá, que se mantiene en un estado que genera paz, que en algunas ocasiones parece evocar la música sacra, caracterizada por no utilizar intervalos (distancia entre dos notas) mayores de una quinta, puesto que eran bastante inquietantes. Esto se remite al primer acercamiento musical de la cantautora, quien tuvo una formación y vida cercana a la iglesia cristiana: desechó los dogmas e ideas, pero abrazó ciertas formas musicales.

“Crecí con música de iglesia…por lo tanto, con canciones sacras y un espacio sacro—Esa era mi parte favorita de la música. No mucho en cuanto al contenido. Ni mucho en cuanto a la teoría y el concepto de dios, sólo la idea de que construimos este gigante y catedralicio palacio de piedra para que la gente cante.”

Weyes Blood en The Frame

Además agrega:

 “Y hay cosas sucediendo acústicamente más allá de cómo sonaría si esa persona estuviera simplemente  parada en un cuarto cantando. Cuando grabo, pienso en el espacio sacro y pienso en cómo sería el sonido de tu alma si hay música saliendo de ella. Probablemente sería un eco en un cuarto extraño”

Conjugando de manera excepcional el sonido del alma, con tendencia a la condena pero aún así buscando la fe o algo que se le parezca, Titanic Rising es un álbum que puede ser para ti. ¿Qué puedes encontrar en uno de los mejores álbumes de la década del 2010? Mareas, árboles cayendo, internet arruinando el romance, el capitalismo empujándonos hacia la autoexigencia y corazones destrozados. Según Pitchfork, un álbum de 8.5 que mantiene su homogeneidad, una lírica bastante sólida y, sobre todo, una nostalgia futura, así como el álbum de Dua Lipa, pero sin el beat ochentero y los brillitos, acá más bien son rayos de luz—no celestiales, meramente solares (no olvides ponerte bloqueador)— que te dan justo cuando el mundo se está desmoronando y te lleva entre las patas sin que te des cuenta. Amika, date cuenta.

Andrómeda: Déjame entrar si me rompo o calla si me destrozo

Me desvié un poco, una disculpa. Por más que trato de llegar no lo logro. Pero comencemos de nuevo. En enero del 2019, Weyes Blood lanzó el primer sencillo de Titanic Rising, llamado «Andrómeda». Sin duda, una de las canciones que más simboliza el álbum y uno de los puntos más emocionantes del mismo. De inicio a fin una obra de arte, no les miento. ¿Les dije que el álbum lo escribió-produjo ella y dirigió los videos musicales? En fin, si nos vamos a qué géneros podemos encontrar en este álbum, podemos apuntar los siguientes: soft rock, art pop, pop barroco y chamber pop. En el caso de Andrómeda, lo pondría entre chamber pop y soft rock, una mezcla que funciona bastante bien y que hipnotiza, te arrastra.

La canción inicia con los siguientes versos:

Andrómeda es una galaxia grande y amplia
No hay nada para mí, excepto un corazón perezoso
Huyendo de mi propia vida
Estoy gastando algo de tiempo
Mirando al cielo en busca de algo que tal vez nunca encuentre

Sin duda es un comienzo poderoso que nos remite a la introspección que realiza Weyes Blood durante gran parte del álbum. La búsqueda de sentido, el entorno y la soledad. La canción, aunque no esté plenamente confirmado hace alusión, como puede notarse, a esta inmensidad abrumadora que nos puede carcomer a diario con angustia e incertidumbre, pero también voltea a ver a la Andrómeda de la mitología grecolatina. ¿Se la saben? En resumen, Andrómeda es castigada por los dioses luego de que su madre alardeara sobre su belleza y es ofrecida al monstruo marino. Perseo la salva no sin antes enamorarse de ella y más tarde se casó con ella. Durante la boda, Fineo, tío de Andrómeda, llegó a reclamar lo que le “pertenecía”, ya que su hermano se la había prometido. Nuevamente, Perseo sale victorioso gracias a la cabeza de Medusa.

La canción remite a una reconstrucción o una nueva mirada hacia lo que pude ser encontrar nueva atracción después de la angustia o un corazón roto, ofreciendo una especie de resistencia y miedo. Durante el coro, canta:

Para de llamar
es hora de que me dejes ser
Si crees que puedes salvarme
te reto a que lo intentes

En este sentido, ser salvada no parece una tarea fácil, ni es una cuestión que provenga de fuera, sino que más allá de que la cabeza de Medusa en manos de Perseo pueda convertir en piedra toda la angustia, no parece ser el camino, sino que se busca una respuesta en el propio yo, con las cualidades de quien sostiene ahora la espada pero aún teme. Más tarde continúa:

Levanta el corazón de las profundidades en las que ha caído
Todos queremos algo nuevo, pero no logramos llevarlo a cabo
Algo es mejor que nada
O eso es lo que pensé
Ahora sé que es sólo un sueño
Todos estos otros seres me destrozarán

El miedo persiste, pero cuando llega el coro, encontramos un cambio:

El amor está llamando
es hora de dejarlo pasar
Encuentra un amor que te lo permita
Te reto a que lo intentes

A partir de aquí cede al amor, pero no completamente convencida, y al igual que Aimep3, es bajo sus condiciones. Finalmente, el proceso de enfrentar una serie de desconciertos y tragedias, permite que, sosteniendo aún resistencia, el amor puede seguir entrando. Acerca de la canción, Natalie comenta:

“El amor verdadero en “Andrómeda” es del tipo parecido a este aspecto abstracto de cuando una mujer ha acumulado un montón de experiencias negativas, y quizá no ha tenido el apoyo suficiente. Lo cual es parecido a mí, navegando en un mundo predominantemente masculino por la mayor parte de mis veintes. Hay muchas heridas que una mujer puede acumular…”

Codita

Hablar de amor desde las heridas puede ser difícil. Sanar es una cuestión de tiempo y sentirse humana es parte del proceso. Esta parte esencial que son los sentimientos, las emociones y la empatía luego se nos revuelve en lo que este mundo de hombres ha construido, pero es momento de revalorizar nuestra propia existencia desde un punto de partida nuevo en el que podamos ser más amables con nosotras. Si nunca habías escuchado a Weyes Blood te invito con todo mi cora a que lo hagas, no te vas a arrepentir, Titanic Rising es su obra más aclamada pero sus álbumes anteriores también tienen mucho que ofrecer.

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