¿Tenemos «permiso» de envejecer?

El 25 de marzo se celebra el natalicio de Emma Godoy, mujer guanajuatense que, entre muchas otras actividades, fue pionera en la dignificación de la vejez.

“Dignificación de la vejez”, esta frase hizo eco en mi mente, ya que en la actualidad parece ser que la gran mayoría de mujeres, no tenemos “permitido” envejecer. Debemos ser la madre siempre disponible para las necesidades de los hijos y físicamente capaz para enfrentar los problemas personales y familiares; tenemos que ser la profesionista competente, pulcra y eficaz dentro de nuestra área de trabajo, debemos tener un aspecto físico digno de admiración y un tanto de envidia por las personas que nos rodean.

El valor de la vejez

¿De dónde nació esta creencia? En las civilizaciones antiguas, las personas de edad avanzada eran vistas como superiores o aquéllos más cercanos a lo divino, ya que era el aprendizaje que habían tenido durante sus largos años de vida, lo que los hacía más sabios. Durante años, fueron estas quienes tomaban las decisiones dentro de los gobiernos más importantes del mundo y no solo no eran personas discriminadas, sino que eran admiradas y respetadas. En la actualidad vivimos en un mundo donde, la mayoría de las actividades, las hacemos a contratiempo.

Envejecer en la actualidad

Difícilmente existe el tiempo de sobra y además influye en gran parte las redes sociales a las que estamos tan apegados; en cuanto abrimos cualquier red social, vemos imágenes donde la vejez no es aceptada, no es ni siquiera representada por alguna de estas figuras que aparecen en nuestras pantallas.

¿Qué pasaría, si en vez de teñirnos las canas cuando aparecen, aprendemos a normalizar el cambio de color de nuestros cabellos? Si modificamos el significado de las arrugas como algo no deseado a algo que nos ha dejado marcas de momentos felices en nuestra vida… ¿Qué pasaría, si empezamos a ver la vejez como parte de la vida misma y no como el fin de esta? Ema Godoy, fundó además el Instituto Nacional de la Senectud (actualmente llamado Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores), con el fin de concientizar y sensibilizar a las personas y los organismos gubernamentales a la no discriminación y maltrato en esta etapa de la vida, sino a la visibilización y humanismo que son pilares para lograr una vejez sana.

Pensemos entonces, en interpretar el significado de la palabra “vejez” como pérdida o deficiencia, para suplirlo por otro más positivo como: sabiduría, tranquilidad y plenitud.

Hija de las flores

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