Con una fuerza interna sobrecargada de sentido que resulta familiar, explosiva y a la vez refrescante para quienes alguna vez han echado un oído a las peculiares composiciones de Mitski, Laurel Hell ha sido, sin duda, un paso hacia nuevas formas de descubrir la batalla interna, el instante que marca, la sensación que ahoga, las verdades que apenan y la sinceridad que desnuda.
Siendo su sexto álbum de estudio, Mitski vuelve luego de un hiatus de tres años en el que la pandemia, el aislamiento y la influencia de artistas que escuchó durante este periodo marcaron el sonido y los contenidos. Uno de los puntos clave que hay que tener en cuenta a la hora de escuchar el álbum es que, su lapso de descanso era un «retiro indefinido», en el que, en realidad, buscaba retirarse completamente de la industria musical (Declaración hecha a la revista Rolling Stone). Estoy segura de que yo y miles de escuchas nos sentimos aliviadxs de que no lo haya hecho.
¿Quién si no Mitski, ha sido capaz de mirarnos (sin mirarnos) y hablarnos directo al punto en el que nace nuestro conflicto interno? La sensación de compañía, comprensión e incluso alivio que brinda, nos ofrece ese abrazo que esperábamos, la palmadita en la espalda, el descubrimiento de que alguien puede comunicar de forma cruda una sensación profundamente íntima y personal. Para quien no ha atendido la obra de la cantautora estadounidense-japonesa, cabe aclarar que estas sensaciones retratadas no son precisamente felices. Su habilidad para dar golpes certeros y muchas veces, desestabilizadores, en menos de tres minutos es, sin duda, de admirar. [Y aquí pido un momento no de admiración sino de apreciación a las pequeñas dosis de poder que ofrece asomarse hacia el interior].
Antes de tomarse el descanso, la artista twitteó: “He estado en tour, sin parar, por los últimos cinco años, no he tenido un lugar donde vivir durante este tiempo, y siento que, si no me hago a un lado pronto, mi autoestima/identidad empezará a depender demasiado de estar dentro del juego, en agitación constante”. Salvo que, su renuncia no era causada por el largo periodo de su tour. En su entrevista para Rolling Stone declaró que: “Sentí que me estaba afeitando el alma poco a poco. La industria de la música es una versión supersaturada del consumismo. Eres el producto que se consume, compra y vende.” El peso que esto puso sobre su propio bienestar, fue la razón inicial de buscar un retorno hacia el cuidado de su salud mental y emocional. En este sentido agregó: “Esto fue lo que realmente me hizo renunciar. Pude ver a una futura yo, que sacaría música para mantener la máquina funcionando. Y eso realmente me asustó”
¿Quién seré esta noche?
Una vez aclarado lo anterior, la mayoría de las canciones del álbum nos adentran en esta complicada relación entre la industria de la música y la artista. Un forcejeo en el que el riesgo y el desgaste vale la pena. Una paradoja en la que, motivada e hipnotizada por la belleza y el amor de crear música, se sumerge en esta despersonalización, en la que brinda todo de sí, para finalmente ahogarse. Pero esto tampoco era nuevo, dentro de su discografía este tópico es constante. Y entonces el título “Laurel Hell” cobra mucho sentido.
Esta combinación de palabras es un término utilizado para nombrar a los matorrales de laurel de montaña en lo profundo de los Apalaches del sur. Las flores son hermosas, pero las plantas que las acompañan, son venenosas; hay quienes han muerto en estos matorrales. Liberarse de este hermoso pero mortal espécimen atrajo a Mitski: “Estoy atrapado en este laberinto…no puedo salir pero es hermoso”. Invitan, con todo acierto, a dar un paseo por la oscuridad. Incluso, en el video de Stay Soft, hay una clara referencia al laberinto y a alimentar esta belleza que lastima, mientras se desata una batalla interna que se repite.
Abre tu corazón como las puertas del infierno
Conjugando un sonido consistente que evoca al trip hop (hasta hace unas dos horas supe que así se le llama, en mi cabeza funcionaba como synth pop que evoca los ochentas) y líricas en las que no sobra ni mucho menos falta, Mitski nos invita a este paseo por la oscuridad con “Valentine,Texas». Aquí podemos escuchar un sintetizador oscuro y la voz de Mitski nos da la bienvenida con una voz calmada y melodiosa en la que dice “Let´s step carefully into the dark/ once we´re in, I´ll remember my way around”, para luego preguntarse quién será esta noche, en quién se convertirá esta noche, mientras la atmósfera siniestra se desenvuelve explota en un sonido más brillante con una batería suave y un teclado con una melodía que sube y sube, mientras escuchamos “Let´s drive out to where dust devils are made/ by dancing ghosts as they kick up clpuds of sand”. Un potente inicio que nos previene del camino a seguir.
Al finalizar, de manera que se siente natural y fluida comienza “Working for the knife”, el primer single lanzado a finales del 2021. La presencia de guitarras y sintetizadores se concreta y brilla más, sin embargo, la atmósfera oscura sigue perpetuando, sobre todo por la carga lírica, en la que Mitski nos narra cómo se siente absorbida por trabajar para “el cuchillo”. El término puede ser una referencia hacia la industria de la música, o bien, el capitalismo en general, en conjunto con su gran capacidad de absorber la esencia de lo que nos hacer ser, en cierto sentido. Las líneas con las que cierra son, sin embargo, reveladoras: “I always thought the choice was mine/ and I was right, but I chose wrong/ I start the day lying and end with the truth/ that I´m dying for the knife”.
La tercera canción de Laurel Hell, en contraste con las pasadas, brilla por un ritmo más animado y alegre, incluso “bailable”, con una esencia groovy que estoy segura te hará mover la cabeza mientras disfrutas los arreglos y la excelente producción. Por otro lado, la letra toca el tema de la vulnerabilidad de una manera magistral. Si bien abrir tu corazón como las puertas del infierno, mostrando y dejando salir lo bueno, lo malo y lo más brutal puede abrir camino hacia una comunicación más honesta, empezando por unx mismx., implica también exponerse y quedar vulnerable. El precoro y coro arremeten con todo en el tema: “Open up your heart/ like the gates of hell/ You stay soft, get beaten/ only natural to harden up/ you stay soft, get eaten/ only natural to harden up”. Y entonces, mantenerte suave o blando no servirá de nada.
El álbum es una experiencia. Salido de lo más íntimo de la cantautora, es un camino que se recorre y, hasta cierto punto, se padece, pero nuevamente, vale la pena. Podría seguir y hablarte de cada canción pero no quiero cansarte. Para este punto ya deberías estar escuchando esta obra maestra, no te estoy mintiendo cuando te digo que si el 2022 no empezó tan bien como hubiéramos querido, Mitski llegó para darnos un nuevo respiro. En una primera impresión, los altibajos, la naturalidad de los cambios, la secuencia y la poesía ahí puesta, contrastando o acentuando la atmósfera musical, es todo un placer. Más allá de que evoque su relación con la industria, las letras siguen guardando el toque para que tú, yo y ella nos podamos sentir identificados. Contemplarlo desde esa perspectiva empobrece la multiplicidad de sentidos que carga consigo.
Recepción de Laurel Hell desde la crítica
Si a mí no me crees que es un gran álbum, aquí te va un mini resumen de lo que la crítica y el público en general ha pronunciado al respecto. Pitchfork ha calificado el álbum con un 7.8 y si bien, lo calificó de “austero”, hace énfasis en que mantiene una esencia pura de la artista ya que: “contiene líneas desgarradoras y melodías ingeniosas, prueba de que cada movimiento opera en un nivel básico de virtuosismo. La existencia del álbum en sí mismo se siente culminante”.
Por otro lado, en Metacritic, con un total de 26 reseñas críticas, la puntuación, hasta el momento es de 83. La mayoría de los críticos lo calificaron con un puntaje de entre 80 y 100. Aquí algunos de los comentarios:
“Este es un álbum que lucha con el arduo trabajo de Sísifo de permanecer comprometido: con el amor, con el trabajo, con la vida. Y puedes bailarlo.”
“Declaró que el título del álbum se refiere a los arbustos de laurel que crecen en los Apalaches del Sur de EE.UU, donde son tan hermosos como permanecen aislados. Ella nos muestra que estas cualidades de belleza y aislamiento son a menudo dos caras de la misma moneda, y pueden casarse para descubrir los rincones intrincados de la verdad completa de una persona”
“Para alguien que históricamente lo ha descubierto todo en su trabajo, es frustrante escuchar a Mitski crear canciones con una musicalidad superficial. Aún así, a nivel lírico, evoca maravillosas historias de dolor y deseo, con un agudo sentido de la brevedad y una nueva habilidad para dejar que las cosas fluyan”
Claramente, no se trata de un álbum perfecto, sin embargo, la crítica ha reconocido los aciertos que, más allá de los puntos en contra, se elevan y entregan un trabajo que habla con sinceridad y que sin duda, encontrará allá afuera personas con las cuales conectar.
