En ese entonces tenía 20 años, era lo suficientemente joven para asustarme con ciertas situaciones o para darle la vuelta por días a acontecimientos comunes. Fui a comer por primera vez a un mercado de la ciudad; me apresuré a elegir un puesto, a sentarme y dejar que la señora me sirviera lo que a ella le daba la gana. La higiene no era el fuerte del sitio, así que comí con mucho asco hasta que la siguiente escena casi me provoca un desmayo:
-Señora: Ahorita salen las tortillas.
-Yo: Sí, está bien.
-Señora: ¿Te puedo decir algo, pero no te enojas?
-Yo: Sí (con el corazón acelerado e imaginando lo que en realidad estaba comiendo).
-Señora: Las tortillas se están esponjando, te vas a casar pronto.
Después de eso me mantuve en silencio, yo no quería casarme a los 20, ni siquiera estaba segura de desear que esa relación se prolongara. Terminé el platillo. Pagué. Me fui. Siempre dudé de la palabra de la señora, pero creció en mí el interés por las supersticiones que vienen con los fogones.
Lo que me evocó esa anécdota fue una ilustración de «Viviendo en casa» que estuvo circulando en Facebook estos días, donde se enlistaban diversas creencias y se alentaba al público a compartir las suyas. El centro de la imagen lo ocupaba una cocinera de avanzada edad (muy adorable), quien estaba rodeada de varios platillos y las supersticiones que los acompañan:
- “Si la tortilla infla bien, significa que te vas a casar”.
- “El chocolate espumoso es señal de que estás listo para casarte”.
- “Si preparas tamales triste, quedarán crudos o salados”.
- “La salsa sale picosa si estás enojado”
Pensar, desear o temer
Estoy casi segura de que vi la imagen de «Viviendo en casa» en 10 lugares diferentes y leí, por lo menos, 200 comentarios de la comunidad facebookera. Al obtener una base de datos importante, me di la tarea de clasificarlos para compartir, forma ordenada, los más curiosos e interesantes:
Trucos para que la comida quede bien
- A la vaporera de los tamales se le amarra una hoja de elote en las orejas para que estén más rápido.
- Sólo una persona podrá ver y menear el atole para que no se corte.
- Las masas para pastel deben batirse sólo con una mano y en el sentido de las manecillas del reloj.
- Se le puede poner un hilo rojo a las cacerolas para que la comida no escuche los chismes de las cocineras y se cuezan bien.
- Las embarazadas deben evitar batir claras, pues para ellas es casi imposible que lleguen a punto de nieve o turrón.
Familia, visitas y matrimonio
- La tortilla de harina inflada es un indicador de que la suegra quiere mucho a la nuera o yerno.
- Si se quiere que la comida rinda para muchas personas se debe de decir: “San Vicente, que alcance toda mi gente y todavía me sobren 20”.
- Cuando un cubierto se cae significa que va a llegar visita.
- La gente que llora al cortar cebolla es muy celosa.
Advertencias
- Si se antoja la comida antes de que esté tarda más tiempo en cocer.
- Los frijoles pueden enojarse si alguien grita cerca de ellos, eso hace que no agarren la sal o tarden mucho en cocerse.
- La sandía es celosa, se debe comer en cuanto se compre, si no se vuelve agria.
- Quien prepara los tamales no debe ir al baño y sólo una persona puede poner el relleno, si no salen partes crudas.
- Las personas se deben sujetar el cabello cuando limpian verdolagas, pues éstas suelen jalarlo y guardarlo en su interior para dejarlos salir durante la cocción.
- Cocinar triste causa indigestión en los comenzales.
Nota: Un buen jugo verde puede componerse de: espinacas, pepino, toronja, jengibre, manzana verde y apio.
Flor de Hibisco