Ya no veo películas

Hola, ¿les ha pasado que ven una película y sólo les frustra la cantidad absurda de clichés románticos (pero 4real románticos malos) que tiene?, ¿y su ser interno feminista se retuerce porque abunda la violencia claramente normalizada?, ¿pero se sienten aún peor porque les encanta el personaje masculino?

*Momento para un disclaimer, hablaremos en esta columna, mayormente, de películas con relaciones heterosexuales, básicamente porque en el cine abundan; además, en las películas de temática lésbica, los mecanismos del discurso son otros (no por eso feministas). Sin embargo, espero poder integrarlas en un futuro.* 

Bueno, pues a mí me pasa mucho, y siendo una gran fanática de las comedias románticas esto ha sido algo bastante difícil de llevar, porque, claro, que llore con la escena de la lluvia en Orgullo y prejuicio (2005) no me hace menos feminista, ¿o sí?

Partiendo de que lo personal es político, me he puesto a reflexionar los contenidos que consumo y cómo éstos son evidencia contundente del discurso hegemónico, incluso aquellos que se venden como «feministas», que en realidad sólo son filmes con un cast conformado por muchas mujeres.

Entonces, llegué a un punto de la encrucijada donde me sentía entre la espada y la pared, entre mi ser feminista y mi fascinación por Bridget Jones; me imagino que una gran feminista, una Verdadera Feminista, no tendría si quiera el deseo de ver este contenido, porque es absurdo y machista, pero también tengo que entender que crecí viendo esto y lamentablemente es base de mi educación emocional.

Hay muchas cosas que he llevado a resolución, a través de mis ojos ya medio deconstruidos, pero también he aceptado que me puedo dar permiso de amar/odiar dos horas a Mark Darcy sin olvidar lo que significa esta construcción ficcional. También pienso que al enfrentarnos a estas ficciones aprendemos; cada vez que tú lees o ves algo sobre un apocalipsis zombie, de una forma y otra, estás aprendiendo, disciernes sobre lo que harías diferente en esa situación, vives a través de alguien más y aprendes. Así creo que podemos hacer con las rom-coms, bajo la lupa de nuestro ser feminista, se pueden analizar chantajes emocionales, situaciones violentas, etc.; lo que antes era un «salvar con tu amor al ser amado», ahora que es mentira.

Además, el contenido para masas siempre refleja la visión del mundo, así que es interesante ver cómo se han transformado estas películas en las últimas décadas. Vemos por ahí hilos de quién es el o la verdadera antagonista de tal cinta, de cómo High School Musical es una oda a la masculinidad frágil, etc. Creo que aquí está el punto de partida de muchos debates y el hablarlo (o escribirlo) el inicio de un cambio en la industria.

Así que aquí no hablaremos únicamente de cintas feministas, sino de esas que promociona Netflix, de las que vienen de un wattpad, de las de Julia Roberts en los noventa; hablaremos desde la incomodidad, de la violencia personificada por Richard Gere, de las películas que ve tu sobrina, hermana, amiga de quince años y cree que el bato violento que anda en motocicleta es el amor de su vida. También hablaremos desde la comprensión, porque aunque esos personajes son ficticios, reflejan a nuestras compañeras que viven en situaciones de violencia, ellas también se merecen ternura, comprensión, sororidad. Porque el «amiga date, cuenta», no hace más que culpabilizar a la víctima.

Cuestionemos todo.


The kissing booth

Cuando se consolidó esta sección para Las Sin Sostén, la película en boga era la segunda parte de The Kissing Booth o El Stand de los Besos; claramente, es de esas cintas que amas u odias, sobre todo odias porque contiene todo lo malo del mundo: hombres violentos, situaciones que ponen en clara desventaja a la morrita en cuestión y muchos clichés.

Primero, he de decir que la segunda parte es notablemente mejor que la primera, aunque esto no signifique que sea buena. En la primera encontrábamos al típico bato mujeriego que se convierte en alguien decente, gracias al amor de la mujer amada. Además, el mejor amigo también sostenía una relación de poder terrible con ella. En está segunda, el novio es OK y el mejor amigo sigue siendo problemático, muy aprehensivo y con problemas de comunicación.

Para poner en contexto, los protagonistas (Noah y Elle) se vuelven pareja al final de la primera parte, en ésta segunda vemos cómo se desarrolla su relación al estar a distancia, ya que él está en la universidad y ella continúa en preparatoria. La relación se tambalea por problemas de confianza, ella cree que Noah la engaña.

A mi parecer, el tema de esta película es la comunicación y la honestidad; los problemas que se plantean son sencillos. Elle como pareja debe confiar en el otro, para poder sobrellevar la distancia, o decidir no hacerlo y terminar su relación. Sin embargo, actúa de manera pasivoagresiva, no manifiesta sus inquietudes a su novio, espera que le lean el pensamiento y sus problemas de confianza la traicionan. Por otro lado, Noah tampoco es honesto y las mentiras y omisiones crean una situación bastante sospechosa.

Por otro lado, Lee, el mejor amigo, no es capaz de decirle a Elle que necesita darle tiempo de calidad a su novia, supuestamente porque le da tristeza que ella está sola. Entonces, arregla la situación para que ella pase tiempo con otro y él pueda estar libre. Situación que pudo arreglarse con algunas palabras, al final son mejores amigos, ¿no?, debería existir confianza.

Y esa es la cosa con esta película, que todos mienten en lugar de hacer notar sus molestias. Además, el cast masculino manipula a las otras para «salirse con la suya», todo en «aras del cariño» que sienten. A Elle se le trata con absoluto paternalismo, no se le cree capaz de aceptar o entender cualquier situación.

Se genera un triángulo , ¿o cuarteto?, amoroso entre Elle, Marco «el nuevo de la escuela», Noah y Chloe. Y aquí entra otro tema, porque es normal que un ser humano se sienta atraído por varias personas, sin embargo, cuando se está en una relación se deben respetar los acuerdos. Si se decidió tener una relación exclusiva, no deberías andar besándote con otras personas; si lo quieres hacer, terminas tu relación y ya. Cuando no se respeta eso, se crea el sentimiento de Culpa y vienen las mentiras. E R R O R

También, entra el tema de que Elle está todo el tiempo determinada por las figuras masculinas a su alrededor, las decisiones que toma entran en juego con la validación que le den su mejor amigo y su novio. Con el mejor amigo la relación es bastante extraña, tienen este manual, que nació en la infancia, con el que determinan toda su relación, y pues qué padre que respeten acuerdos, pero reitero que es algo que crearon en la infancia, la perspectiva y complejidad que tienen para con la vida ha cambiado. Así deberían hacerlo las reglas de la amistad.

Por otro lado, Elle trata de tener la validación de su novio todo el tiempo. Lo que hace que no quede mucho espacio para lo que ella quiere, no queda si quiera un momento donde ella se cuestione quién es. Lo que va a traer dificultades al tomar decisiones importantes en su vida, está en la disyuntiva novio Vs Mejor amigo, pero ella ¿dónde queda?

Más allá de los triángulos amorosos y los malos entendidos que existen en la trama, la película nos plantea una realidad en la que aquellos hombres con los que nos relacionamos tienen una lucha de poder por nosotras y sobre nosotras ¿Cuándo seremos dueñas de nuestras vidas?

Aquí ambos masculinos están bastante seguros de lo que es mejor para ella, aunque no tomen en cuenta su situación económica, escolar o financiera, y esta mujer, que ha sido sociabilizada para vivir complaciendo hombres, está a nada de colapsar por no saber qué decisión tomar, a quién hacerle caso. Y claro, cuando la vemos en pantalla, todo es muy absurdo, pienso para mis adentros «que se quede sola y que se autodescubra», pero ¿cuán doloroso y difícil puede ser ese proceso?, sobre todo cuando no tiene una figura femenina realmente cercana y libre, que le pueda mostrar que hay otras realidades.

Pienso en lo afortunadas que somos aquellas que tenemos redes con otras mujeres, con feministas, que sabemos estarán ahí, que tienen otras propuestas, que desafían la realidad. Porque yo también fui aquella chica que tenía «más amigos varones», incluso varias veces contemplé cambiar mi futuro, mi carrera universitaria, por la posibilidad de permanecer más tiempo con un hombre. Por eso empatizo con Elle, porque aunque no es el discurso que me gusta ver en pantalla es real, me hace ver a aquella mujer que sigue dentro mío y que sigue buscando aprobación masculina, y me alegro por incomodarme, por sentirme furiosa, por querer meterme a la pantalla y decirle que huya.

No me queda más que esperar que, en la tercera parte, Elle rompa sus cadenas y se autodescubra, que vea que hay más realidades que el estar del brazo del bato hegemónicamente bello, que allá afuera hay un sinfín de oportunidades; que escoja lo que quiera, pero desde la conciencia de saber que hay más. Me queda la esperanza de que tiene toda la vida para cambiar, porque yo, como ella, me creí el cuento de hadas, pero ya no más.

Alice G.