Hace algunos años creamos este espacio para hablar de nuestros temas de interés y visibilizar a nuestras escritoras favoritas. Conforme ha pasado el tiempo este espacio “por, para y sobre mujeres”, se ha expandido a otras áreas para seguir difundiendo el trabajo y las inquietudes de quienes también están haciendo lo suyo en lo que les apasiona.
Dentro del mundo digital, elegimos hacer una serie de entrevistas donde nos acercamos a mujeres que se especializan en el arte, ciencia, tecnología, educación, deporte y otras disciplinas.
Alejandra Casas es una tatuadora inconfundible, debido a la creatividad y espíritu que imprime en cada creación. Aunque su estilo está bien definido, conoce distintas técnicas de tatuaje y las desempeña de forma excepcional. En esta entrevista conoceremos sus inicios, lo que la motiva a seguir y algunos aspectos generales sobre su ocupación.
Las Sin Sostén (LSS): ¿Cómo te adentraste en el mundo del tatuaje? ¿Imaginabas dedicarte de tiempo completo a una actividad artística?
Alejandra Casas (AC): No fue una decisión consciente, no imaginaba que terminaría haciendo esto. Sin embargo, desde que era chica me interesaba el dibujo, la pintura, las manualidades, todo eso. Creo que siempre fue así, aunque ni siquiera sabía exactamente qué iba a hacer de mi vida laboral. Entré a estudiar la licenciatura en Bellas Artes, en la Ciudad de Toluca, y creo que de ahí comenzó todo, de ahí fue mi primer acercamiento al tatuaje.
Una vez me sugirieron estudiar artes y fue lo que hice, ya dentro conocí a varias personitas que le hacían al tatuaje, que se tatuaban entre compañeros, me atrapó completamente. Antes de eso jamás en la vida hubiera imaginado dedicarme a esto. Fue muy espontáneo. El tatuaje es otra herramienta del dibujo e iba mucho de la mano. Me interesó experimentar con esta nueva técnica y así empecé.
LSS: Hasta el momento, ¿cuáles han sido los mayores retos a los que te has enfrentado como tatuadora?
Estaba en la licenciatura de Bellas Artes, pero no la terminé, un poquito porque yo ya me quería dedicar al cien por ciento a tatuar y otro poquito porque el academicismo, sobre todo en un rubro artístico, no me hacía sentir cómoda, me limitaba. A partir de ahí empecé a dedicarme sólo al tatuaje, así que las primeras complicaciones que tuve fueron la presión por parte de la familia, porque ya sabes que el tatuaje es un poco estigmatizado. En mi casa, específicamente mi papá, fue de lo más difícil, me estaba presionando para estudiar algo, pero yo ya estaba comenzando. Me conseguí un trabajillo mientras podía ahorrar para armarme mi kit de tatuaje y ahí estaba yo tatuando secretamente. Ya cuando supieron fue el drama de la vida, sí me fue difícil arrancar de esa manera, por la falta de apoyo.
Creo que ya incursionando, después de un tiempo, cuando yo empezaba a tatuar, no había muchas mujeres que hicieran lo mismo. Había una o dos que había escuchado, pero no conocía a otras tatuadoras. Incluso en los mismos estudios en los que llegué a tatuar sí se sentía mucho la vibra de vatos rudos, había un poquito de exclusión o comentarios demeritando tu trabajo sólo por ser mujer y cosas así que eran un poco molestas. La verdad sí es difícil convencerlos de que destacas por lo que haces y no por ser mujer y “atraer a vatos que sólo se quieren tatuar contigo porque quieren cotorrear”.
LSS: Tú mereces el reconocimiento por lo que has trabajado y tus clientes lo confirman:
AC: Sí, claro, el ochenta por ciento de las personas que tatúo en este momento son mujeres, así que menos tienen sentido los comentarios de los vatos que afirman que sólo hay gente que se quiere tatuar conmigo por otras intenciones. Es un mundo en el que han predominado los hombres, pero en este momento ya no es así, hay muchas mujeres tatuadoras súper talentosas. Al día de hoy muchas clientas que recibo sí llegan con comentarios del tipo: “Yo estaba buscando una mujer que me tatuara para sentirme más segura”.
LSS: ¿Dirías que hay alguna persona o algo que te motive a seguir tus metas?
AC: Mi madre, totalmente, ella ha sido la persona que siempre me ha apoyado desde que empecé, a diferencia de mi papá que era súper rudo. Ella siempre me ha apoyado, me decía que si yo quería ser tatuadora que lo hiciera bien, dando el cien por ciento. Al principio me ayudaba a comprar cositas muy básicas y, digamos que emocionalmente, siempre estuvo conmigo. Ha sido mi mayor motivación hasta ahora.
LSS: ¿Por qué crees que es importante que otras mujeres conozcan historias como la tuya?
AC: Pienso, personalmente, que para que sean conscientes de que debemos hacer lo que nos dé la gana y ya, lo que nos haga felices y nos guste. El tiempo vuela, sabes. No debemos perder el tiempo tratando de complacer o de cumplir las expectativas de otras personas. Hagan lo que quieran y tengan el coraje para lograrlo, aunque el camino sea difícil. Me imagino que si yo me hubiera quedado estudiando algo que no me gustara, no tendría sentido si no me apasionaba, mejor invertir el tiempo en lo que sé que quiero hacer. Creo que si te la pasas tratando de complacer a las personas no vas a tener tiempo de vivir, es nuestra vida y todo se pasa. No hay que detenernos por nada, ni nadie.
LSS: Con los años que tienes tatuando, ¿cuáles recomendaciones darías a mujeres que quieren dedicarse a este mundo?
AC: Si les interesa el tema, prueben y no tengan miedo. Si hay gente que te apoya, genial, si no, pues también. Cuando empecé tenía el apoyo de mi mamá y amigos, aunque mis otros familiares no estaban muy de acuerdo. No pierden nada. No necesitas nada para arrancar, sólo un pequeño ahorrito o que te acerques a algún local con un tatuador o tatuadora que te genere confianza. Actualmente hay mucha información por todas partes. Sepan que no importa la edad, no importa si tienen 40 o 50, lo que importa es que te guste, no importa que desde el inicio no puedan dedicarse al 100%, que prueben. Es mejor arrepentirse de hacer algo que de nunca hacerlo.
Hay que tomar el mundo del tatuaje con consciencia y pasión. Por otro lado, en cosas técnicas, ármense de un buen equipo, eso ayuda bastante, armarse de una buena máquina, de una buena fuente, aunque gradualmente uno se va dando cuenta que hay algo más allá. La práctica te da algo que no te da el sólo tener buenos materiales, entre más tengas más seguridad vamos a sentir y con más confianza vamos a tener. Armémonos de mucha paciencia, ese sería mi súper gran consejo, necesitamos creer en nosotras mismas, ver a otras mujeres e inspirarnos de ellas, no tomarlo como una competencia, sino como una inspiración.
También les daría el consejo que me dio mi madre: “Si lo haces, hazlo bien”. Inviertan mucho su tiempo en fundamentos técnicos como el dibujo, si ya sabes dibujar, ¡estupendo!, pero no dejes de practicar. Agárrense practicando en la naranjita, en la piel sintética o en la piel de nuestros amigos, si están dispuestos.
Ronda de preguntas indagatorias
LSS: ¿Qué recomiendas hacer para alguien que se quiere tatuar por primera vez?
AC: Lo que recomiendo cuando es el primer tatuaje, porque en la mayoría de los casos es súper significativo, es tener clara su idea o por lo menos tener alguna noción de lo que quieren. Lo que me toca a mí, como tatuadora, es guiarlos, desarrollar un poco su idea como un diseño más viable, pero con base en lo que ustedes ya tengan en mente.
LSS: ¿Cuál es el proceso que sigues para hacer un tatuaje?
AC: Desde cero, trabajar la idea, ya teniendo la idea se desarrolla el diseño, generalmente la gente llega con algunos y lo quieren así como está, igualito, pero lo ideal es no copiarlo sino personalizarlo. Se trabaja el diseño totalmente al gusto del cliente, se envía, una vez que se aprueba se agenda la cita. Después de eso viene el proceso técnico de tatuado.
LSS: ¿Hay algún estilo que te guste más?
AC: Creo que he pasado por muchos estilos, desde que empecé he sido muy versátil. Llegué a hacer diseños tradicionales, practiqué tatuajes en sombras, estilos muy variables, pero al día de hoy me doy cuenta que no me sentía tan cómoda haciendo ciertos tipos de tatuaje. En este momento tengo la oportunidad de desarrollarme en lo que me gusta, estoy un poquito más metida en “lo femenino”, tatuajes finos (fine line), me gusta mucho el blackwork… Hay muchos estilos, me gustan las cosas sutiles, delicadas. Trabajo con colores, me gusta hacer tatuajes estéticos y muy detallados.
LSS: ¿Has tenido alguna experiencia rara o reivindicadora con algunos de tus clientes al momento de tatuarlos?
AC: Creo que cosas muy raras no me han pasado, sólo cosas muy humanas. Hace poco me tocó una chica que no sé qué estaba sintiendo, pero estaba llorando a mares, aunque decía que no le estaba doliendo, que ella era así. La entendí y era una manera de exteriorizar lo que sentía. Una experiencia que también viví hace poco y era desconocida para mí fueron los desmayos, fue raro, pero afortunadamente tenía el conocimiento previo sobre cómo reaccionar y qué hacer. Durante los tatuajes te toca escuchar muchas cosas, así que terminas formando un vínculo, más allá de sólo tatuar y ser padre porque a veces conectas con las personas, terminan siendo más que clientes.
LSS: ¿Cuáles son los materiales indispensables para realizar tu trabajo?
AC: La máquina, la fuente, los pigmentos, tener buen inmobiliario para poder trabajar cómodamente, como la camilla, las lámparas, los insumos desechables, pero indispensables como los guantes. Son muchas cosillas que se ocupan durante el proceso.
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